Mi creación
muerde;
Tiene dientes
Estomago,
intestinos
Manos y boca
Sexo y esperma de
siglos aletargados y reprimidos por la violencia de la dura derrota
Despierta con
furia, hambrienta y salvaje por convertirse en caníbal
Del gordo y falso
paraíso del parasitario mundo civilizador
Mi prosa necesita
llenarse la boca de agua y pájaro; de desnudez y tierra
Morder el sol,
Tragarse a la
noche y al viento
Busca liberar a
las manos del trabajo enajenado por el miedo
Busca liberar al
sexo, al óvulo y al esperma del estigma y el castigo
Para abrir la
fiesta
Para dar
Generar cuerpo,
piel y manos
Como bocas al
hambre, de una poesía caliente mojada y húmeda
Necesitada de vida
y muerte, de muerte y vida, de creación y movimiento
Mi bárbara
invención:
Parto, vomito,
Destroza palabras
tras morder en la nada
Reseca, insalubre
de tanta tinta y papel carente de la estilística eclesiástica de los
conservatorios
Quiere mezclarse
con el latido, la basura, el mundo de los traicionados, desterrados del pan, exiliados de la tierra, el espacio y el tiempo, derrotados, robados, vaciados
por el logo
ante los congeladores de los grandes templos
ante los congeladores de los grandes templos
Prefiero el
basural, el desamparo, la niñez, la imaginación libre transpirada oliendo a
perro, revolcada y embarrada; iluminada por lágrimas de felicidad, risas y
mocos
Los prefiero, a
los oscuros sacramentos de las multinacionales, de la mutilación, la castración
de los legos abogados de la represión
Concentrados,
enclaustrados en el silencio
Bebedores del
inocuo he inútil mundo de las grandes bibliotecas ocultas al sol.
Mi discurrir
prefiere bocas y rodillas raspadas por el juego
Unos ojos inmensos
húmedos ante el abismo y el misterio de estar vivo junto a otro
Latiendo,
sangrando, en un mundo sin palabra y lleno de gestos
Correr y escapar
lejos de los letrados monumentos;
De los tratados
legitimados por el verbo:
Escalinatas del
sacrificio,
Del robo, del
latido, del insulto y la depreciación de la sangre y la tierra