Las grandes llanuras, las bellas colinas y las aguas que serpentean en muchos arroyos a nuestros ojos no son salvajes.
Sólo para el extranjero la naturaleza es salvaje, y solo para él la tierra esta infestada de animales salvajes y gentes salvajes.
Para nosotros todo es mansedumbre.
La tierra es bondadosa y nos sentimos rodeados de las bendiciones del Gran Misterio.
La tierra, para nosotros, sólo se volvió hostil con la llegada del hombre extranjero venido del Este, que nos oprime a nosotros y a nuestras familias que tanto amamos, con injusticias insanas y brutales.
Los animales del bosque se pusieron en fuga ante su cercanía, ante su salvajismo
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