El cuerpo de la noche desnuda trae nuestros muertos en luces multicolores;
Como círculos diminutos nos examinan y nos hacen vibrar de alegría y de miedo
Ellos, los muertos, vienen a estos espacios lejanos, habitados por siempre
Vienen a cuidar sus chagras,
Sus seres queridos, sus chozas, sus amores secretos.
Pero esta noche temida y amada trae también los espíritus intranquilos;
los que zumban como el colibrí nocturno entre el relampagueo y los ríos (waikos) bravíos anunciando la lluvia o el verano según su chillido.
Trae los espíritus aukas de niños y niñas que fueron sangre vertida para los Dioses,
para los Wuaikos, para los Urkos y Volcanes sagrados.
Noche de fuego es también;
la luciérnaga que persigue la sombra de nuestros cuerpos y apaga su vida entre viejos troncos que vibran bajo su luz.
Fredy Chicangana. Poeta de la Comunidad Yanacona del Sur-Oriente del Cauca, Colombia.
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